Somos de las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores.
Hubo cierta vez una reunión muy importante en el fondo del mar. Era la reunión de todos los cangrejos del mundo. La había convocado uno de los más viejos para tomar en ella, lo que él pensaba, era una decisión muy importante. El viejo cangrejo tomó la palabra y dijo: "Amigos míos, hemos venido haciendo algo que se ha constituido en un mal ejemplo para el resto del mundo. Es una costumbre que tenemos que cambiar.
Recordaba una ocasión en que escuché a un joven decirle a su Padre: ¡No te metas en mi vida! Ésta frase caló hondamente en mí, tanto que muy frecuentemente la recuerdo en relación de padres e hijos y me imaginaba yo siendo aquel Padre lo que le respondería a Mi Hijo: Hijo, yo no me meto en tu vida, ¡¡¡TU te has metido en la mía!!!
Cuenta esta historia que en un tiempo de mucha escasez, un hombre muy pobre, vio a su pequeña hija de 5 años tratando de envolver una vieja caja de fósforos con un rollo de papel de envoltura dorado, de su negocio, el hombre explotó en furia, le gritó y la castigó por desperdiciar el papel tan valioso.